Cuando era niño, Guillermo aprendió el arte de reparar calzado, actividad que su padre le enseñó con mucho amor y dedicación. Al crecer, Guillermo se empleó en distintos lugares, pero no fue hasta hace 10 años que un amigo de Guillermo lo invitó a formar parte de un grupo en CAME y sacar un crédito para poner su propio negocio.
Como en todo negocio, al principio fue cuestión de perseverancia y trabajo constante para que Guillermo se abriera paso en el mercado laboral. “En un inicio fue difícil que las personas conocieran mi negocio, pero trabajando duro y haciendo las cosas bien he logrado tener ya 10 años y muchos clientes... ya tengo 3 negocios de reparación de calzado”.
“Me llena de alegría poder comprar maquinaria para lograr mejores acabados en el calzado y brindar mejor atención a todos mis clientes... soy feliz trabajando para que mi comunidad tenga un servicio de primera”.
Guillermo está consciente que al tener 3 locales enfocados al mismo giro, él puede obtener mejores precios con sus proveedores, por lo que contactó a uno de suelas para zapatos -quien también vive en su colonia- para poder hacer una alianza de negocios; de esta forma tener siempre disponible material sin necesidad de pagar el inventario completo. Estas acciones impactan y benefician la calidad de vida de los miembros de su comunidad.
“Disfruto hacer mi trabajo y con éste brindar un servicio de calidad”.